Uno le dice al médico que le duele a uno la cabeza, y el médico le responderá a uno que entonces uno sufre "una jaqueca". Y si le cuenta usted que se ha caído por las escaleras y tiene golpes en todo el cuerpo le diagnosticará "un politraumatismo". También puede acudir a él porque siente el malestar general que causa una gripe (o gripa, en algunos países de América) y en tal caso le precisará que padece "un proceso gripal". Pero si sólo tiene fiebre resolverá que está afectado por "un cuadro febril". Tal vez le convenga a usted hacerse un análisis, y así le enviará a otro servicio para que le practiquen "una analítica". Por supuesto, si le vuelven loco no será un loco, sino un "enfermo psiquiátrico", pero no irá a un manicomio, que ya no existen porque han adquirido la categoría de "hospital".
No tendrá usted una enfermedad, sino una "patología". Si está moribundo, Dios no lo quiera, le dirán que "ha entrado en fase terminal", y si un accidentado sufrió lesiones mortales el médico decidirá que eran "lesiones incompatibles con la vida".
No deja de tener un arte todo eso. Lo que todos llamamos de una manera llana adquiere en el lenguaje médico la solemnidad que dan las palabras científicas. Para que comprendamos su sapiencia, y nos muramos más a gusto.
1 comentario:
Bravo, definitivamente bravo.
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