martes, 12 de agosto de 2014

Por poco y aplasto a una inocente abuelita ciclista

Sacar la licencia de conducir alemana es como
subir al quinto piso cargando siete cartones de leche,
recitar el código postal y número celular de cada conocido en esta ciudad,
hacer un huevo poché,
y ducharse en una bañera sin mojarse el pie derecho,
AL MISMO TIEMPO.


Trabajo en el cine 2

Al señor S. le parece inaceptable que una albóndiga cueste más de 5 euros. 
Hasta hace un par de meses vendía helicópteros de juguete en su Online-Shop. 
A los 59 años siente pasión por viajar en motocicleta y tiene fe absoluta en el pronóstico del tiempo de su moderno teléfono celular.